martes, 1 de mayo de 2007

"si avanzo, seguidme. si me detengo, empujadme"

si avanzo, seguidme.
por distintas razones nadie se vino conmigo, lo cual me ha demostrado que el viaje era una necesidad que solamente yo sentía y que no era compartida por nadie más. aunque físicamente he estado solo, gracias al blog ustedes han podido seguirme por los sitios en los que he estado, casi como si estuviesen conmigo. en especial mi padre, al que sé le gustaría estar aquí conmigo viajando y recorriendo estos lares. y al no poder ser así, no deja de asomarse y participar en el blog.
-.-
si me detengo, empujadme
tengo que dar las gracias a todos los que me apoyaron en el momento más jodido del viaje. hubiese sido fácil que muchos hubiesen adoptado una postura derrotista dándome el consejo de regresar a españa. pero hicieron lo contrario y me dieron las fuerzas que me faltaban en esos instantes para seguir adelante. esas gracias se las doy especialmente, de nuevo, a mi padre. al principio no le hizo mucha gracia la idea de que me viniese solo a méxico, y cuando me robaron pudo haberse encabronado, pero me hizo comprender que en los viajes como en la vida hay momentos malos y que no hay que dejarse vencer por ellos, sino seguir adelante. creo que me ve como la continuación de los viajes que él hizo de joven en los barcos y por eso me apoya, porque en realidad, se está viendo a él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Boris: Tienes razón cuando dices que te veo como la continuación de lo que cuando era joven hice.

Tu eres más afortunado, debido a tu permanencia en tierra, en mi caso era bastante arduo el querer ver cosas, debido a la lejanía de poblaciones de las terminales de carga petroleras o refinadoras de crudo, lo que ello hacía que te tuvieras que desplazar por tierra bastante para llegar, como por ejemplo aquella zona infestada de guerrilla mora - frente moro islámico de Filipinas- que por acortar distancia al pasar había que pagarle a aquellos fieras entre uno y cinco dólares lo que me mosqueaba mucho todo por el interés del taxista Soriano de ir por aquellas trochas. Llegué a sospechar que a lo mejor eran compinches de aquella aldea que se disfrazaban y se sacaban sus dineros haciendose pasar por estos nativos tan negros y revoltosos