el circo-teatro de la lucha libre mexicana. parte 1.

a las cuatro de la tarde el sol ya es de castigo en cholula, sin embargo es la hora que más gente está congregando en la plaza de la concordia de esta ciudad del estado de puebla. es 30 de abril, día del niño en todo méxico, y como regalo para los infantes cholultecos las autoridades locales han preparado una tarde de combates gratuitos.

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los luchadores siguen preparándose para sus combates, pero el ring no está vacío: por momentos los niños no se resignan a ser meros espectadores, ellos son los protagonistas de este evento y como tales, reclaman su posición sobre la lona del ring, en juegos en los que imitan a sus héroes. batman, spiderman o superman son héroes para ellos pero les falta la cualidad principal de los luchadores mexicanos: no son de carne y hueso; es por esto que los niños disfrutan tanto de los combates: las luchas entre el bien y el mal existen, los luchadores son reales, pueden tocarlos y pedirles autógrafos.

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la lucha libre es el deporte espectáculo más popular de méxico, de hecho es más seguido que el fútbol o el beisbol. "cuenta el grosor de nuestra clase popular, nuestro espíritu violento, nuestro realismo mágico prefigurado en atuendos y desplantes, en músculos y lances, en cabelleras y máscaras. la representación tiene un vigor que atrapa y se autoconfiere dimensiones épicas. rudos y técnicos son buenos y malos, personajes, actos y acciones con que lidiamos en cada jornada, haciendo la lucha", sostiene raúl alberto criolo, en su artículo el santo.

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luis enrique ferro vidal es de una opinión similar respecto a este componente popular de la lucha libre: "La arena se transforma en el espacio del rito donde las divinidades muestran a los narradores una historia: la lucha entre el bien y el mal que provoca en el público vivir y recrear su mundo rindiendo culto a los luchadores. Se apropia de ellos y de la historia, y él mismo pasa a ser protagonista al participar en ese valle de lágrimas, de dramas, con momentos de suspenso y de risas que van más allá del circo, maroma y teatro que supuestamente brinda la lucha libre. Se establece así una analogía con la vida diaria, pues ve al bien combatir al mal, y sufre cuando el mal patea por debajo de la mesa al bien".

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sobre el ring, esta lucha épica entre el bien y el mal se concreta en dos tipos de luchadores: los rudos y los técnicos, los malos y los buenos respectivamente. estas denominaciones vienen dadas por la forma de lucha que practiquen. los técnicos se caracterizan por tener un estilo limpio y definido, muy concreto y espectacular, respetan las reglas, son los buenos. los rudos, por el contrario, son tramposos, les hacen jugarretas a los técnicos mientras el juez no mira, su estilo no es tan depurado, juegan sucio y les gusta ser crueles, son los malos.

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pero este enfrentamiento escenificado del bien contra el mal no significa que el público sea un mero espectador defensor del bien. en el momento en que los luchadores hacen escena, el respetable se divide en sus apoyos a favor y en contra de unos o de otros; entonces vuelan los gritos de apoyo y los insultos desde las gargantas de los niños pasando por las de las señoras más respetable.

continuará

fotografías cortesía de oliver villegas